Hoy he hablado con una amiga de la sensación de hastío que
me inunda a veces con algunas cosas. En ocasiones creo que es la única que me
entiende para esto, la única con la que puedo hablar de ello. Elvi.
El caso es que se que debería aceptar mi enfermedad. Pero no
puedo. No soy capaz. Implica demasiadas cosas aceptarla y a veces, no
demasiadas, pero a veces, la mandaba a la mierda.
No puedo ir a China porque me produciría costocondritis
estar tantas horas en el avión sentada. Los médicos no me lo recomiendan.
Tampoco se pringan, pero no me lo recomiendan. Dicen que un viaje más corto…
quizás, aunque no me aseguran que la presión al despegue no me produzca
costocondritis.
Ahora parece que después de las últimas pruebas no tengo
regulador de temperatura. Al final no estaba todo tan bien como parecía. No me
molesta, la verdad. A veces tengo mucho calor y otras mucho frío. Me levanto
con temperaturas de más de 37 grados y durante el día paso por 34’8, 36, 38’2…
así, sin sentido. Por lo que a veces estoy con dos camisetas, jersey, manta eléctrica
y edredón y otras estoy en camiseta de tirantes y sudando. No, después de todo
lo que he pasado ya, no me molesta. Es un mal menor.
Tengo que encontrar la manera de asumirlo y siempre lo dejo
para mañana (Ani me diría que "como la loca de Lo que el Viento se Llevó). Pero a veces, en ocasiones, me embarga una sensación de hastío, de
cansancio con todo… con la gente, con el mundo, con las voces, con las
historias de los demás… como si no lo soportara.
Luego pasa y todo vuelve a ser igual otra vez y soy super
feliz como una perdiz.
Estoy cansada. Me cansa hasta sentir cosas. Siento que estoy
perdiendo el tiempo con algunas personas, con algunas situaciones… y no puedo
recuperarlo.
Me voy a tomar unos días para meditar en ello. Para
descansar y no llegar a ninguna conclusión o llegar a todas. A ver que ocurre.
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