Yo no quiero elegir. No me da la gana. Ni quiero, ni puedo.
Hay personas que te piden de deduzcas, que imagines, que te
aventures a adentrarte en su cerebro y en su corazón para afirmar, de alguna
manera, lo que sienten por ti a través de sus hechos.
Te dicen cosas como ¿Si no te quisiera no estaría contigo
no?. ¿Si no me importaras no haría esto o aquello verdad?. Me resulta a veces
tan egoísta y tan repulsivo…
¿Cuánta gente hay en el mundo que permanece al lado de otras
personas sin quererlas?. ¿Cuánta gente hay que hace las cosas por costumbre,
por educación, por respeto, sin sentir realmente nada por los que los rodean?. Yo lo sé, lo he hecho mil veces y he acabado sintiéndome como la peor persona del mundo.
Yo no quiero deducir, no quiero dar por hecho nada basándome
en suposiciones.
Es tan fácil tener esa postura... Tan egoísta... Cada acto que
realizas influye en la vida de los demás de una manera más o menos intensa. Tus
intenciones no tienen por qué tener nada que ver con las suposiciones de los
que te rodean. Tus intenciones, tus sentimientos, los sabes tú. Sólo tú y nadie
más.
¿Cuántas veces vemos situaciones de personas que con sus
hechos parece que demuestran a otras que hay un sentimiento detrás y al final,
cuando todo acaba, sueltan aquello de: Yo no te prometí nada. Eres tú el/la que
ha supuesto lo que te ha dado la gana?
Por eso son tan importantes las palabras. Cuando dices lo
que sientes, eres tú el que te interpretas a ti mismo, no los demás.
Las palabras. Tan importantes siempre y tan mal utilizadas
a veces...
Un te quiero no deja
lugar a dudas. Es un compromiso, es una promesa. Implica demasiadas cosas en si
mismo como para decirlo a la ligera.
Pero sí. Hay gente que lo dice a la ligera. Que "quiere" a
todo el mundo y es capaz de soltarlo, a diestro y siniestro, como quien dice
hola o buenos días.
¿De qué sirven las palabras si no van acompañadas de hechos?. ¿De qué sirven aquellos que te dicen mil veces que te quieren y luego te
golpean, te humillan, te insultan…?
Si, te quieren, de una manera retorcida e insoportable. De
una manera que la mayoría de seres humanos no son capaces de entender. Y sin
embargo, un te quiero, te puede atar para siempre a esas personas.
Yo no quiero elegir. No voy a suponer. No puedo tragarme un
te quiero, un me importas, porque me lo digan.
Yo quiero palabras. Me alimento de ellas, me llenan, son el
aire que respiro. Las quiero siempre. No voy a deducir nada de nadie. Necesito
esas palabras que me hagan sentirme especial. Esas palabras que hacen que los
demás se comprometan en el intento de algo.
Y quiero hechos que refrenden esas palabras. Que las hagan
ciertas y únicas. Que hagan que esas palabras sean especiales porque son tuyas
y suyas y de nadie más.
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