Estoy profundamente agotada de ser
tu infierno. De no generar ilusión. De ser la reina de tu negrura y tu
pesimismo. De obligarte a regalarme una sonrisa cada día. De ser motivo de tu
tristeza. De hacerte daño. De darte palabras que no quieres escuchar. De darte
motivos para huir de mí. De merecerme tus palabras más duras. De no encontrar
tu corazón y tu alma. De no existir. De no ser persona, ni tuya, ni de nadie. De
ser el epicentro de la nada mas abrumadora y retorcida.
Seré todo lo que quieras que sea. Ya no me importa. Ya no lo siento. Lo seré. En la distancia. Siempre, sin duda. Sin reclamar nada. Sin resistirme. Sin intentar arreglar con mi corazón lo que no quiere arreglar el tuyo.
Me voy para siempre. Donde no puedas encontrarme. Donde tu voz no me llegue.
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