Translate

domingo, 9 de diciembre de 2018

Sueños perdidos II: Te tengo cariño nena

He conocido a demasiada gente y he tenido muchas parejas de todo tipo. Todas eran distintas. Solo había una cosa en la que coincidían. No me querían. No estaban enamorados de mi y nunca lo estarían. Me conformaba con un me gustas, me atraes, me siento o me lo paso bien contigo…

Hay dos nombres que tengo grabados en la cabeza. Uno más que otro, por ser el primero. Llegué a odiar ese nombre con todas mis fuerzas: Patricia.

Yo estaba con alguien. Mi primera relación seria. Y Patricia era un rollo muy corto y muy intenso que mi pareja había tenido y del que se había enamorado locamente. Hablaba de ella como si la respirara.

Ella no había estado más que mes y medio con él y él jamás la había podido olvidar. Era morena, alta, de pelo largo y enormes ojos azules. Bellísima y enigmática. Yo nunca podría compararme en su cabeza con su belleza, con su atractivo, con su… todo.

Era nuestro segundo aniversario y yo jamás le había oído hablar de mi como hablaba de ella. Una vez, incluso, fue capaz de decirme que con ella se había sentido completo. Yo habría podido traerle la luna envuelta en papel de regalo y con un lazo pero él jamás me habría querido.

Ese día le pregunté si alguna vez, en esos dos años, se había sentido completo conmigo y me dijo: claro cielo, si no, no estaría contigo no?. (típica frase)

Según iba pasando el día todo fue perfecto. Dimos un paseo por la casa de campo, tocó la guitarra, cantamos alguna canción… luego fuimos a comer a un restaurante Italiano que a mi me encantaba, de Aluche y por último fuimos a casa de unos amigos de él.

Jugaban a un juego extraño de preguntas y respuestas cuando llegamos. Parecía divertido y nos unimos al juego. Básicamente se trataba de el juego de la botella, pero cuando te tocaba el lado estrecho elegías entre dar un beso a la persona sentada en el lado opuesto o pasar un turno de preguntas. El quiso pasar un turno de preguntas.

La primera pregunta la hizo su amiga Laura, una chica con la que él había estado enrollado antes de salir conmigo y después de Patricia. Su pregunta fue: ¿Sigues enamorado de Patricia?.

No fue un sí. La respuesta fue: Siempre.

Y luego añadió, bueno, a ti te quiero mucho nena, refiriéndose a mi.

Cuando salimos de allí hablamos. Dijo que yo le daba demasiada importancia a las palabras. Yo le dije que para mi era importante. Que me diera otra explicación. Que me dijera que era una exageración o algo así. Y me dijo que no lo era. Que él amaba a Patricia, pero no podía estar con ella. No eran compatibles y habían acabado mal y que yo era… su novia y estaba a gusto conmigo, pero que la verdad es que yo era tan complicada y en ocasiones, tan abrumadoramente inteligente, que hacía difícil que me quisieran porque a veces hacía que la persona que se tenía al lado se sintiera menos que yo.

Guau!. Nadie puede hacer que te sientas menos. Te sientes menos porque eres inseguro y no ves que cada uno tiene sus cualidades. Le deje en ese mismo momento. Me desabroche el cinturón, salí del coche y me fui.

Hubo otras muchas. Casi todas las personas que conocía tenían a alguien en su corazón y lo tendrían siempreYo no era tan especial, no era tan bella, no era tan nada. Nunca llegaba al listón que me marcaban los amores de sus vidas. Los dejaba siempre, soy demasiado orgullosa como para ser la segunda, y volvían a mi una y otra vez. “Porque yo les hacía sentir bien”. Cosas de la gente.
El otro nombre es Julia.

Le quise muchísimo. Con él funcionaba. No había un amor eterno en su corazón. Yo era la especial.

Siete años después y dos hijos en común descubrí que el amor de su vida, a quién de verdad había querido toda su vida era a Julia, su primera novia, la que le dejó por uno de sus mejores amigos.

Ya ni siquiera dormía conmigo desde hacía mucho tiempo. Ya no me besaba. No me abrazaba. Nunca me veía bonita. Ni siquiera me veía. Yo me había convertido en un mueble más de la casa y con sus otras historias, sus fotos y videos porno tenía suficiente para complacerse a si mismo.

Un día en la cocina le comenté que una pareja de amigos lo había dejado. Eran la pareja perfecta, se adoraban, nunca discutían… y lo habían dejado porque él decía que no podía hacerla felíz a ella. En fin, le dije: Me parece tan triste, tan extraño… si fueramos nosotros… pero ellos?...

El se sorprendió por mi afirmación y me dijo: por qué nosotros?.

Recuerdo ver su cara de incredulidad. Como si hubiera dicho algo verdaderamente sorprendente. Y yo le dije: Bueno, no me quieres y nunca me has querido.

Y él me dijo: No, pero las parejas pueden vivir como si fueran compañeros de piso. Tampoco es tan grave. No se puede tener todo nena. Yo te tengo cariño.

Mi cara lo dijo todo. Tiempo después nos divorciamos y en uno de sus mails, me echaba en cara que no le había dado tiempo para aprender a quererme.

Creo que es la persona más prepotente que he conocido nunca. Sin duda. Tiempo para aprender a quererme?. Joder, a la gente la quieres o no la quieres. Es así de sencillo. El amor es un sentimiento no un plan a seguir. Puede funcionar o no, pero o lo sientes o no lo sientes. A cada persona la quieres de una manera, siempre tendrás a alguien en tu corazón a quien quisiste con pasión, a alguien a quien quisiste con desesperación, con ternura… el amor cambia con la gente y con la madurez y se hace incluso más sensato, pero aún así, es un sentimiento, o se tiene o no se tiene.


La de tonterías que dice a veces la gente.

Mi sueño?. Probablemente es encontrar un ser que entienda este tipo de cosas. Alguien que me quiera por como soy y no me quiera menos que al resto, ni más, solo distinto, con la madurez que se necesita para este tipo de cosas. Alguien que no se sienta menos que yo, alguien que no necesite aprender a quererme. Mi sueño?. Mi compañero de Viaje. Durante un tiempo lo perdí de vista. Desistí. Pero hace poco me di cuenta de que, si existen este tipo de personas, también tienen que existir él. Solo que todavía no le he conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario