Translate

martes, 23 de agosto de 2022

Las mentiras

Las mentiras son pequeñas piedras que lanzas sobre tu propio tejado.

A veces son muy grandes y rompen el tejado directamente y te golpean, porque no os engañéis, siempre os golpean.

Las peores son las pequeñas, esas que lanzas mirando a los ojos de otras personas, rápidas, sin muchas explicaciones, ocultas dentro de una verdad para que pasen desapercibidas. Esas destrozan tu tejado, lo van agujereando tan lentamente que ni te das cuenta y para cuando miras al techo... ya no hay nada que te cubra.

Yo tengo un don para detectar estas últimas. Es un don cruel. Se cuando me las dicen, donde están ocultas. Puedo extraerlas de la realidad que me están contando. Y duele sobremanera.

Te sientes estúpida cuando confías en un ser y ves que, mirándote a los ojos, te intenta colar una de esas piedrecitas para justificar un comportamiento. Las veo en persona y por escrito y a veces, lloro de impotencia, de verdad me parte el corazón ver como viajan hasta mí.

Yo soy sincera, cueste lo que cueste. Trabajo en modelar el mensaje para no hacer daño o minimizarlo porque la sinceridad no implica crueldad. Pero soy sincera.

Mi tejado, aunque no os creáis, está intacto.

No es por principios o por intentar ser buena persona, que va, ojalá mi sinceridad tuviera un principio noble detrás, pero tiene un principio egoísta, lo hago por mí y mi cordura. Necesito aferrarme a la realidad y necesito desesperadamente que me regalen realidad.

Ocultar también es mentir. No os equivoquéis. Modelar el mensaje de tal manera que no quede claro también es mentir. Las verdades son inequívocas, siempre.

De verdad me parten el corazón estas cosas.

Este verano he recibido muchas. De distintas personas, unas nuevas, otras viejas y todas han dolido. Me sorprende todavía que la gente sea capaz de intentar mentirme, de retorcer la realidad para que suene bonita.

Curan su alma haciendo eso. Creen que quedan bien conmigo, que así ellos son buenos y yo soy feliz. Pero yo no soy como la mayoría de mujeres que les rodean. No me alimento de sueños absurdos, no dejo puertas entornadas y no soy feliz si me regalan los oídos cuando los hechos demuestran lo contrario. Yo no convierto jamás a la gente en platitos de sobras que guardo en mi nevera por si algún día me entra hambre. Yo no soy un platito de sobras tampoco, quien me quiere me valora y busca la manera de no perderme sin mentir.

Cuando hacen eso, me pierden para siempre. Se convierten en hormigas ante mis ojos y yo, que intento que la gente se sienta grande y válida a mi lado, me decepciono irremediablemente.


"Te echo de menos". Lo he escuchado varias veces de la misma persona. Suena bien ¿Verdad?. Pues os lo traduzco para que me entendáis: "Estoy pasando por un mal momento, he dejado a mi novia, y necesito echar un polvo".

¿Qué exagerada? Pensaréis algunos... pero es que le conozco como si le hubiera parido. Yo no importo para esta persona. No siente una mierda por mi. Cuando estaba conmigo llego a decirme que "sentía que yo era un videojuego que podía apagar y encender". 

Quedé con él, con la condición de que "jamás habría sexo", lo dejé claro y por escrito. Su respuesta fue "vale, no lo entiendo, pero vale". 

Como me conozco sus artimañas y no me ha gustado nunca como me ha tratado, metí a otra persona en medio. Se convirtió en una cita a tres, donde él no pudo sacar el tema y tampoco convencerme de nada. Hablamos como amigos los tres, cenamos... ya está.

¿Creéis que ha vuelto a contactar conmigo? No. Ni lo hará porque la puerta que él quería abrir está cerrada con llaves y candados. Es triste. Quise mucho a esa persona en su momento, pero creo que jamás entenderá el daño que me hizo, lo mal que me trató. Y no creáis, como soy una persona que jamás pierde la esperanza y puedo equivocarme, he esperado un mensaje o una llamada suya desde entonces... pero jamás ocurrirá.


En Julio vino el peor de todos "Te echo de menos, siempre has sido la mujer perfecta". Impacta que te digan eso, mucho más que te lo diga el que tú crees que ha sido el amor de tu vida. Pero quedamos, tomamos un café, me contó que lo había dejado con la niñata, le consolé... y aunque estaba cariñoso de más, no le di importancia, pero si le dije que no me enviara nunca frases románticas después de lo que había pasado.

Ayer por la mañana me envió esto: "Ojalá pudiera recuperarte, eres la mujer de mi vida".

Os lo traduzco: "Necesito un comodín para recuperarme de mi ruptura, una amiga que me escuche y me ayude a pasar el mal trago".

¿Creéis que exagero de nuevo?. A este le conozco incluso mejor que al anterior. Mi respuesta fue "ánimo, saldrás de esta más fuerte, apúntate a Tinder y conoce gente, eso siempre ayuda amor. Muchos besos y mucho ánimo. Tú puedes con todo. Si encuentro un hueco quedamos a tomar café un día, que con los dos trabajos estoy muy liada".

Él sabe perfectamente que cuando le digo a alguien "mucho ánimo, tu puedes" es que paso como de comer mierda de perder mi tiempo. Pero si tanto me echas de menos, si tan perfecta era yo... haz algo que demuestre que tus palabras son ciertas, quedaste conmigo en Julio y nos pasamos dos horas hablando de tu ruptura ¿En Julio no sabías que yo era la mujer de tu vida?.


La última ha sido un "tu importas, siempre has importado". A esa frase le faltaba algo esencial en el contexto. Algo doloroso. Sé que no me equivoco, aunque reconozco que me influencia infinito lo que me ha pasado con los otros dos y estoy en alerta, creo que no me equivoco. 

Es de una persona que me dijo que necesitaba tiempo para él, para recomponerse, pero ese tiempo que me quita a mí se lo está dando a otra. Si yo importara, si él fuera coherente, no habría otra fija en su vida, estaría tomándose su tiempo de verdad, conociendo mujeres diferentes, explorando posibilidades fuera de lo que ha conocido en su vida... conociéndose en soledad, sin tener ninguna relación seria con nadie ni la posibilidad de planteárselo si quiera de momento. Pero lo cierto es que hasta se ha dado de baja en Tinder, así que he de suponer que no quiere conocer más chicas. Sólo a ella.

Si yo importara no se habría ido con la primera que pasaba por ahí. Simplemente se estaría pensando las cosas de verdad, sin anclarse a nadie como parece que pretende hacer ahora. En realidad creo que siempre me mintió porque no sabe decirse la verdad ni a si mismo. Siempre buscará palabras bonitas para quedar bien con la gente y minimizar el conflicto. Un cobarde a fin de cuentas. Así que pobre de la mujer que acabe metida en una relación con él, porque lo peor es que no creo que él vaya a cambiar nunca, ni a reencontrarse a si mismo, ni nada, ni creo que lo pretenda en realidad. Es otro que irá de víctima toda su vida sin ver que ha sido el verdugo de muchas otras personas.

El que más me ha dolido... el segundo, sin duda. Duele tantísimo... Le di tanto de mí... Confié tanto en su palabra... demostraba tanto con los hechos... Era mi amigo y mi confidente, sabe cosas de mi vida que jamás he podido describirle a nadie más porque me cuesta la vida expresarlas con palabras sin romperme. Es el único que he visualizado en mi vida como posible compañero de viaje, a veces le veía desayunando conmigo en aquel bosque de mis sueños... pero llegó su crisis de los 40 y me engañó con otra, una cría 20 años más joven que él, que supuestamente no era nadie, no significaba nada, pero con la que se ha pasado años. Otro que siempre decía que "jamás buscaría fuera porque lo tenía todo conmigo". Hemos sido grandes amigos desde hace unos años, los mejores quizás, hasta ayer.

¿Dónde están los hombres coherentes y fieles a su palabra? ¿Por qué ponen excusas burdas para todo? ¿Por qué mentir con lo sencillo que es decirme a mí una verdad sincera?. "Quiero echar un polvo", "necesito una amiga" o "no me gustas, jamás habrá nada entre nosotros ni ahora, ni nunca".

Jamás tendría nada con el primero, jamás le abriría ninguna puerta después de todo lo que ocurrió entre nosotros, tan horrible, tan infernal y tan demoledor, lo único que me unía a él me ha olvidado. 

El tercero supongo que desaparecerá de mi vida sin más, ni siquiera es algo que mereciera la pena por el tipo de persona que ha demostrado ser.  

Pero tú, amor, que sé que además me lees:

Si me hubieras dicho "necesito una amiga", habría ido. Sólo por los momentos bellos que vivimos, que fueron muchos. Hace nada te di las gracias en otro post porque como amiga, te lo perdono todo siempre y nuestra relación fue maravillosa, pero el hombre de mi vida, el que de verdad lo sea, sabrá que siempre soy el plato principal, se le ponga delante quien se le ponga delante, vencerá sus crisis y volverá a mi. Me duele infinito que cruzaras esa línea de nuevo. Esta vez no voy a reconstruir amistades, no sirve de nada si cada cierto tiempo volvemos a lo mismo. Cuando te oigo decir "eres la mujer de mi vida" a mi cabeza viene, y siempre vendrá, otra frase "lo siento, soy adicto a ella, no puedo evitarlo". Por eso cuando hablo de mis relaciones jamás te incluyo entre ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario