En ocasiones mi cuerpo no me sigue. Debería acostumbrarme, y el noventa por ciento del tiempo lo hago.
Pero existe un diez por ciento de frustración, de rabia, de inseguridad... que se apodera de mi y en ocasiones supone un todo.
Al salir del hospital la última vez no podía apenas moverme porque no encontraba el aliento. Mi mente se iba sola por el mundo mientras mi cuerpo no la seguía. Un paseo de 10 minutos suponía un reto y ese diez por ciento empezó a suponer un todo para mí.
No era capaz de describir lo que sentía, la rabia interior, la impotencia. No encontraba palabras para describir lo que suponía aquello para mi y la única manera que encontré fue, como siempre, a través de mi arte.
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