He roto mi amistad con una "amiga".
¿Amistad? Me preguntaron ayer… no, puede que no lo fuera. Yo era su amiga, ella
no era la mía. Nunca estuvo cuando la necesité. Pero yo le cojo cariño a la
gente. no puedo evitarlo, me equivoco una y otra vez.
Algunas personas se convierten en
mis prioridades y yo, sin embargo, ni siquiera existo en su lista. Me
decepciono una y otra vez al ver como ponen una lista interminable de cosas por
delante de mis necesidades mientras espero, no se a qué. ¿A que un día les
importe? ¿A que un día exista de la misma manera que ellos existen para mi?… no
lo se.
Debería hacer caso sólo a
aquellos que se preocupan. Aquellos a los que les importo algo, o mucho…
aquellos que vienen a verme cuando estoy enferma, que me llaman, que me
preguntan y se interesan por saber cómo estoy. Mis amigos de verdad. Mi
hermana, mi prima, Cano, Ana, Jorge, Javi, Espe, David, Bea, en definitiva, los
de siempre. La gente a la que quiero y que me quieren.
Sin embargo cometo este error una
y otra vez. Meto en mi vida a gente que no debería estar. Gente de la que no
puedo esperar nada más que ambigüedad, distancia e incertidumbre. Gente para la
que no existo.
Ahora, desde la distancia, me
resulta extraño como me he aferrado a algunas personas estas navidades. El peso
que les he dado y lo mucho que me han despreciado.
Me resulta extraño como voy dando
importancia a la gente, como, según voy conociéndoles (o lo que sea) voy
confiando. Como me creo expectativas y me ilusiono. Como vivo una realidad
distinta a la que viven ellos.
A veces se trata únicamente de
que compense. Si te compensa volcarte en alguien lo haces, si te compensa ver a
alguien, lo haces. Da igual el esfuerzo que suponga, simplemente lo haces
porque te compensa. A ellos no les compensaba, por eso el esfuerzo era mínimo,
por eso había una lista infinita de prioridades por delante de mi, por eso no se
esforzaban, no lo intentaban, no les merecía la pena. Acuden a otros lugares, a
otras personas, en cuanto les necesitan, porque esas personas les merecen la
pena, existen y no les importa nada el esfuerzo.
No sólo fue mi amiga. Fue más
gente. El que sólo se acuerda de mi por su propio interés físico, el que se
acuerda de mí porque necesita un favor y el que no se acuerda de mi en
absoluto. Todo en la misma semana.
Si te quejas, si no puedes más.
Se enfadan. Dicen cosas como “no haber esperado nada”, “he estado liado,
tampoco te quejes”, “yo siempre fui así”… No te dan ni un respiro. No se ponen
en tu piel, no ven nada de lo que has hecho como un regalo. Lo
ven todo como una obligación tuya. Si lo haces es porque quieres y no te cuesta
esfuerzo. No ven que no es así, que sí te cuesta esfuerzo, porque ellos no se
esforzarían ni lo más mínimo por ti.
El caso es que he esperado cosas
que me dijeron de palabra, no me las inventé. Pero la gente escupe las
palabras, no se paran a pensar lo que dicen… simplemente lo dicen porque es lo
que quieres oír y les interesa que sigas a su lado. El caso es que no me vale
un “he estado liado”, porque yo también lo estuve y fui a recogerle al quinto
coño y a traerle de un concierto porque no tenía coche y me necesitaba. El caso
es que no siempre fue así, empezó así, empezó con límites, con trabas,
asegurando que desaparecería prácticamente al día siguiente y acabó diciendo
mil cosas que nadie le pidió e intentando convencerme de que estaría en un
futuro que yo no quería imaginar.
No vi las señales. Si estás en un
hospital y no tienen tiempo de ir a verte, en dos meses, es que no existes. Si
solo se acuerdan de ti cuando necesitan favores, es que no existes. Si te
eliminan de sus historias y te hacen invisible completamente a ellos mismos y
al resto del mundo, es que no existes.
Esta es la canción que nunca me dedicaron
https://youtu.be/CsFb661EXsI
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