A veces me pregunto si seguir consumiendo las mismas drogas o cambiar por otras, aún más adictivas, pero más suaves.
Elegir, de eso se trata. Lo que conoces y te aburre
soberanamente, aquello de lo que estás saturada hasta el infinito, o lo
desconocido y brillante, lo misterioso… Y no sabes. No te decides.
Pruebas una y otra vez con lo conocido. Buscas aquello
visceral y pasional que te enganchó al principio… pero no está. Nunca estuvo en
verdad.
No dejas lo nuevo tampoco, porque te atrae, te apasiona, te rejuvenece…
te hace sentirte sexy y deseada… pero sabes que no durará.
Te debates entre la novedad y la costumbre y sabes que de
eso va la vida. Siempre hay algo nuevo y algo usado. Algo que te engrandece y
algo que deja impasible.
Miras a tu "viejito" y suspiras, recuerdas, le brindas mil
oportunidades para que rejuvenezca… pero no lo hace, nunca, haga lo que haga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario