Y qué os digo... Lo volví a intentar... De hecho, lo intenté de verdad por primera vez en más de 10 años... Y lo cierto es que yo tenía razón, pero no en lo que él creía. Tenía razón en que no existía para él.
¿Por qué la gente dirá cosas que no siente?. Fue lo primero que pasó por mi cabeza al recibir su mensaje.
Y ahora otra vez vuelve ese pensamiento. Creo que hoy me espera una noche de insomnio.
Soy diferente... Sí, claro, desde niña no encajo en este mundo absurdo lleno de clichés y gente conformista. Pero esa diferencia... ¿Es tan mala? ¿Es tan desechable? ¿Merece tan poco la pena?
Quizás sí. La mayoría de hombres no se sienten hombres si no ejercen de salvadores. Las princesas desvalidas significan todo para ellos, les hacen encontrar su función principal, sentirse útiles.
Yo les hago sentirse humanos y a veces frágiles. La mayoría de hombres me desecharía tan rápidamente como éste.
En ocasiones creo que jamás encontraré a nadie que me elija de entre todas. Alguien que diga "apuesto por ella", con valentía y arrojo, sabiendo que me salvo sola, que no soy de nadie, pero que soy la mejor compañera de viaje.
La mejor cómplice, como diría Óscar.
El caso es que por primera vez en años sentía algo cuando me abrazaba un hombre. Algo bonito, cercano a casa.
Por primera vez lo sentía todo solo con un beso.
Creí hasta que podía ser yo, sin más y confiar en el otro.
Pero era absurdo hasta para mí. En tan poco tiempo, apenas semanas... Absurdo. Mi cabeza dice "los flechazos no existen", pero mi corazón susurra algo muy distinto.
Me sentía a veces como una niña patética incapaz de controlar sus sentimientos. Yo, que controlo todo en mi vida, que observo, analizo, entiendo y decido... Era incapaz de no sentirle.
Y tonta de mí, aunque a veces me obligaba a pensar que no era recíproco, perdía esa pelea cada vez que le tenía delante.
Incluso ahora mismo, entre lágrimas y aunque lloro porque no existía para él, no había ningún sentimiento por su parte y ninguna de sus palabras pudo ser cierta... Hasta ahora, siento que él se había enamorado también de mí.
Una parte de mi cabeza me dice "te equivocas con él, es diferente". Y eso me hace sentirme más patética aún.
Ha sido muy doloroso, me ha hecho sentirme insignificante y siento que ha tirado algo que me parecía precioso a un abismo absurdo.
Y ahí de nuevo mi cabeza diciéndome " te equivocas con él, no sabe lo que hace, solo está asustado, pero volverá a ti cuando se de cuenta de su error". Y de nuevo ese sentimiento de ser patética.
Está claro que esta noche no voy a parar...
Mal día para ayudar a mi insomnio.
En fin... "Te echaré de menos", le he dicho... Y ni siquiera sabe cuán cierto es.
"Te echaré de menos", me ha dicho él. Pero no he podido creerle aunque lo deseaba con toda mi alma.
Os juro que mi corazón le habría pedido que se lo pensara... Os juro que le miraba y aún con todo el dolor, sentía que estaba perdiendo al hombre de mi vida, que jamás tendré un magia así con nadie...
Pero he mantenido callado mi corazón y he sacado la razón.
Para mí era importante que al menos entendiera el daño que me hacía la situación y para eso necesitaba utilizar las palabras serenas de mi cerebro.
Y al final... Abrazándole... Aún con todo... Sentía que me estaba equivocando. Que tenía que decirle "sigue conmigo". Pero me he quedado en un "te echaré de menos".
Quizás vuelva a mí... Quizás mi corazón es quien tiene razón... Quizás el suyo le dice lo mismo y sabe que lo que teníamos no se encuentra ni en un millón de vidas...
Pero yo no me alimento de quizás, me alimento de palabras y hechos. Y él no es de hacer nada grande ni romántico, nada arriesgado. Él no apostaría por nosotros, no sintió ninguna magia.
Y cuanto más tiempo pase, menos cierto habrá sido todo... Le he pedido tiempo antes de que volviera a escribirme, si es que se acuerda de mí algún día... Pero sé lo que el tiempo le hace a mi corazón. Lo endurece, lo bloquea... lo mata todo.
Ahora es su cumpleaños. Le había hecho un regalo, algo con significado, como a mí me gusta, algo hecho por uno mismo y que tuviera que ver con él también, ¿pero qué sentido tendría ahora mismo? Ya no significa nada de nada. En mi cabeza se trataba de conocernos y ver qué podía llegar a ser... Y esa duda parece totalmente resuelta ahora.
Ojalá hubiera visto y sentido con nosotros lo que yo vi y sentí. Ojalá su corazón le esté diciendo lo mismo que el mío. Pero esa magia supongo que solo la vi yo. O quizás me la inventé.
Adiós piloto
No hay comentarios:
Publicar un comentario